Un segundo artefacto explosivo estalló ayer sin causar víctimas en el mismo lugar donde horas antes una bomba causaba el descarrilamiento de un tren de pasajeros, el expreso Nevski, cobrándose la vida de al menos 39 personas, aunque se desconoce el estado de al menos 18 personas.
El tren cubría la ruta Moscú-San Petersburgo. En el momento del descarrilamiento, cerca de la ciudad de Bolgoye (a unos 200 kilómetros de Moscú), viajaban 682 personas, incluidos 661 pasajeros.
La segunda explosión tuvo lugar en torno a las 12.00 de la mañana de ayer, horas después del descarrilamiento provocado por la primera detonación, registrada la noche del viernes. En esta nueva explosión no se han producido ni víctimas mortales ni heridos, según el jefe de la empresa nacional de Ferrocarriles de Rusia, Vladímir Yakunin, quien añadió que la explosión tuvo lugar «cerca» del lugar de la primera, sin dar más detalles.
Gabinete de crisis
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, convocó ayer una reunión urgente en relación con el accidente del tren, en la que participaron el jefe del Gabinete presidencial, Serguei Narishkin; el vicepresidente del Gobierno ruso, Victor Zubkov; la titular del Ministerio de Salud Pública y Desarrollo Social, Tatiana Golikova; el ministro de Transporte, Igor Levitin; el titular del Ministerio del Interior, Rashid Nurgalíev; el ministro de Emergencias, Serguei Shoigu; el director del servicio de seguridad interior (FSB), Alexander Bortnikov, y el fiscal general adjunto, Alexander Buksman.
Bortnikov afirmó que el accidente fue causado por la explosión de un dispositivo de fabricación casera con potencia equivalente a siete kilogramos de trilita. Las pruebas halladas en el lugar del descarrilamiento del expreso Nevski apuntan a un atentado terrorista con bomba, según informó el Servicio de Seguridad Interior ruso (FSB).
«Se ha hallado un agujero de un metro de diámetro cerca de la vía», apuntaba previamente una fuente anónima de la investigación a la agencia de noticias oficial rusa, RIA Novosti. Se trataría de «un explosivo no identificado detonado por personas desconocidas», según apostilló el presidente de la empresa nacional de Ferrocarriles Rusos (RZD), Vladimir Yakunin.
Las autoridades se han trasladado hasta el lugar del descarrilamiento. Entre los fallecidos podría encontrarse el director de la Agencia de Reservas del Estado, Boris Yevstratikov.