Los jueces del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) aplazaron ayer el juicio a Radovan Karadzic hasta que decidan esta misma semana cómo debe continuar el proceso, que boicotea el ex líder serbobosnio.
Así lo indicó ayer el juez O-Kon Kwon al finalizar la vista extraordinaria en la que la defensa y la fiscalía expusieron sus puntos de vista sobre esa cuestión.
El magistrado que preside el caso anuló la vista prevista para hoy "en la que se esperaba que los fiscales empezasen a llamar a los testigos" en espera de su decisión, por lo que todavía no se han planeado nuevas sesiones para el juicio.
Karadzic, que compareció ayer por primera vez ante el tribunal desde que comenzó el juicio, insistió en que necesita más tiempo para preparar su defensa, mientras que la fiscalía opina que la mejor opción es imponerle un abogado de oficio.
El acusado, que se defiende a sí mismo en el proceso, mantuvo ayer que la concesión de más tiempo para preparar su defensa es «la solución más fácil» que pueden tomar los jueces.
«No hay un solo abogado que pueda estar preparado», argumentó Karadzic, quien reiteró que «nadie puede ver los materiales (de la Fiscalía) mejor que yo».
Para el acusado, es la fiscalía y no él quien «manipula» el juicio, porque «me han tenido nueve meses en detención sin entregarme un documento y solamente a partir de mayo he empezado a recibirlos».
«No necesito nuevos abogados sino más tiempo», mantuvo el ex líder serbobosnio, que está acusado de crímenes de guerra y lesa humanidad presuntamente ocurridos durante la guerra de Bosnia (1992-1995).
Los cargos de genocidio a los que se enfrenta se refieren a la matanza de casi 8.000 musulmanes varones en la ciudad bosnia de Srebrenica y a la muerte de unos 12.000 civiles durante el asedio de Sarajevo.
Para los fiscales, la mejor forma de continuar con el proceso es imponer a Radovan Karadzic un abogado defensor, aunque ello cueste «pocos meses» de retraso en el juicio.