Al menos ocho soldados estadounidenses y un civil afgano murieron ayer en un múltiple atentado con bomba en el sur de Afganistán, según indicó en un comunicado la misión de la OTAN en este país, la Fuerza de Asistencia a la Seguridad (ISAF). Asimismo, la ISAF informó de que otros soldados resultaron heridos en un «múltiple y complejo atentado» con bomba, pero no ofreció más detalles.
Estos incidentes se producen un día después de la muerte de once militares estadounidenses en dos accidentes de helicóptero en Afganistán y en un momento en que el presidente norteamericano, Barack Obama, está tratando de decidir si enviar más tropas para combatir a la insurgencia talibán, que se encuentra en su periodo de mayor actividad desde 2001.
Los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados para estabilizar Afganistán se han visto complicados por la tensión política generada por las elecciones presidenciales del pasado mes de agosto, en las que el fraude generalizado favoreció al actual jefe de Estado, Hamid Karzai.
El próximo 7 de noviembre se celebrará la segunda vuelta para que los afganos decidan si quieren como presidente a Karzai o a su principal rival, el ex ministro de Asuntos Exteriores Abdulá Abdulá. Los talibanes ya han amenazado con perturbar la votación, al igual que hicieron en la primera vuelta.
Las bajas de ayer convierten a octubre en el mes más sangriento para las fuerzas estadounidenses desde que comenzó la guerra en Afganistán, en el año 2001. En lo que va de mes, 55 soldados norteamericanos han perdido la vida, según BBC.
En lo que va de año, un total de 436 miembros de las fuerzas internacionales destacadas en Afganistán han perdido la vida, de los que 267 eran de nacionalidad estadounidense.