Jean Sarkozy, el hijo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, rechazó ayer las acusaciones de nepotismo que ha vertido contra él la oposición por su aspiración a presidir el organismo que se encarga de gestionar La Défense -el mayor barrio de negocios de Europa, con 160 hectáreas, a las afueras de París-, el EPAD. Su padre, por su parte, le defendió diciendo que «todo lo que sea echar a los leones a una persona, sin fundamento y de forma excesiva, nunca está bien».
Jean Sarkozy, consejero general del departamento francés de Altos de Sena (al oeste de París), declaró al diario Le Parisien que desde que entró en el mundo de la política «siempre» ha sido «objeto de las críticas». «Cuando se ejerce este oficio, hay que esperar, hay que prepararse. Pero estoy muy decidido, muy motivado, y observo que es sobre todo la izquierda la que dispara contra mí. Son ataques muy parciales», afirmó.
Respecto a las acusaciones de nepotismo de la diputada socialista Ségolène Royal, del ex primer ministro Laurent Fabius o de la secretaria general de los Verdes, Cécile Duflot, el hijo del presidente, que tiene 23 años, dijo: «Mis raíces están aquí, no en Poitou, Creuse o Béarn. Así que, ¿qué tengo que hacer? ¿Exiliarme para tener derecho a presentarme?».
No obstante, Jean Sarkozy reconoció que ha discutido este asunto con su padre y le ha tenido al corriente de su iniciativa. «Es evidente que he informado a mi entorno, es normal. Dicho eso, soy yo quien trazo mi camino», aclaró.
Aparte de las críticas de los partidos de la oposición, Jean Sarozy se enfrenta a la protesta contra su nominación para presidir el EPAD que lanzó en internet hace tres días un bloguero y concejal del partido Movimiento Democrático en Puteaux, Christophe Grébert, a la que ya se han sumado 43.000 personas con sus firmas ya verificadas.