La tensión política que experimenta Madagascar sufrió ayer una nueva escalada después de que el líder opositor, Andry Rajoelina, instara al Ejército y a la Policía a que detengan al actual presidente, Marc Ravalomanana, y de que el nuevo jefe del Estado Mayor, coronel André Ndriarijaona, asegurara que el 99 por ciento de las fuerzas de seguridad apoyan al líder de la oposición, lo que deja al jefe de Estado en una situación muy delicada.
Rajoelina, ex alcalde depuesto de Antananarivo, pidió el arresto del presidente para así poder asumir el poder en esta isla del océano Indico. Ravalomanana se refugió en un palacio situado a seis kilómetros de la capital y en los alrededores de la finca donde se refugia se han apostado decenas de seguidores que prometen defenderle en caso de que produzca un asalto.
«La dimisión de Ravalomanana es la solución», aseveró Rajoelina. El jefe de Estado, que fue reelegido para un segundo mandato en 2006, dijo con anterioridad que quiere ocupar su cargo hasta el fin de su mandato, en 2011. Pero el Ejército y la Policía reaccionaron con sorpresa a las palabras de Rajoelina. Por una parte, el sector disidente del Ejército advirtió de que es la Policía la que lleva a cabo detenciones, mientras que la Policía Militar precisó que no actuará si no hay una orden de arresto oficial. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor dijo posteriormente que «el 99 por ciento» de los soldados respalda al líder opositor.