FERNANDO A. BUSCA-ROMA
La cumbre de los ministros de Economía del G7 (los siete países más industrializados del mundo) concluyó ayer con un llamamiento de la Presidencia italiana a la creación de unas «nuevas reglas» que den lugar a «un nuevo orden económico mundial» respetuoso con el sistema capitalista. La reunión, que hizo mucho hincapié en la necesidad de sanear el sistema bancario internacional, terminó con un llamamiento a un nuevo sistema legal compartido por todos los países que impida una crisis económica como la actual.
El comunicado final de la reunión también cita como una de sus prioridades impedir las «medidas proteccionistas» para que no surjan nuevas barreras al comercio internacional y le suma un llamamiento a una «rápida y ambiciosa conclusión» de la Ronda de Doha. El proteccionismo había estado en boca de todos durante toda la semana a causa de la cláusula «buy american» (comprar productos americanos), incluida en el plan de estímulo estadounidense, que finalmente quedó diluida en la versión aprobada ayer por el Congreso de EEUU.
El nuevo secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, que acudía a su primera reunión del G7, no dio nuevos detalles sobre el plan de estímulo financiero, pero subrayó la «velocidad» con la que la Administración del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, ha tomado decisiones para sortear la crisis. Geithner también se refirió en su intervención ante la prensa a unas «reglas globales más fuertes», ya que la falta de regulación de los mercados financieros en EEUU ha sido el origen de la crisis.
Aunque los líderes presentes no especificaron en qué consistirán esas reglas, el comunicado final apunta a que en cuatro meses se presentará un conjunto de «principios comunes» sobre la «propiedad, la integridad y la transparencia» de la actividad económica internacional. Estas reglas seguirán en consonancia con los principios de la economía de mercado, pero tendrán como objetivo un seguimiento más férreo de las operaciones financieras internacionales.
El G7, un grupo que incluye a EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, se refirió a la necesidad de coordinar sus políticas con otros foros como el G20, que incluye a grandes economías en desarrollo como China e India. Los países desarrollados no especificaron de qué manera se van a coordinar con los países en desarrollo las «nuevas reglas» con las que regular la economía en el futuro, pero expresaron la necesidad de «un ambiente compartido» con el G20.