El Senado de EEUU llevó a cabo ayer una sesión extraordinaria de debate sobre el plan de estímulo económico marcada por la división entre demócratas y republicanos, pero se prevé que el paquete sea aprobado finalmente en los próximos días. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició su mandato con un deseo de cooperación entre ambos partidos, pero las negociaciones sobre cómo afrontar la crisis más profunda en el país desde la Segunda Guerra Mundial han demostrado que sus palabras han caído en saco roto.
Ayer en el Senado el clima era agrio, con los demócratas echando en cara a los republicanos el triste historial económico de los últimos ocho años, bajo la presidencia de George W. Bush, y los republicanos afirmando que gastar sin límite es la obsesión de sus contrincantes políticos.
Pese a los dimes y diretes, los demócratas tienen la sartén por el mango, después de que el viernes llegaran a un principio de acuerdo gracias al cual tres senadores republicanos decidieron romper filas con su partido y prometer su apoyo al proyecto. Los demócratas cuentan con 58 votos en el Senado, frente a los 41 de los republicanos, y necesitan de 60 escaños para superar un posible bloqueo del voto con tácticas dilatorias por parte del partido de la oposición.
El líder de los demócratas en la Cámara Alta, Harry Reid, marcó ayer un voto de procedimiento para mañana lunes, lo que significa que si los republicanos no ponen objeciones, la votación final tendría lugar el martes. Su ratificación abriría las negociaciones entre el Senado y la Cámara de Representantes para armonizar las versiones del plan de estímulo aprobadas por cada órgano.
El camino para llegar allí se allanó en la madrugada de ayer con el principio de acuerdo en el Senado, que eliminó unos 110.000 millones de dólares de gasto y rebajas tributarias del proyecto de ley inicial. El paquete incluye bajadas de impuestos temporales, incentivos económicos para la compra de viviendas y automóviles, y un aumento de los subsidios por desempleo y para la adquisición de seguros de salud, y de las ayudas alimenticias para los pobres. Obama dio hoy su apoyo al principio de acuerdo.