El presidente electo de EE UU, Barack Obama, obtuvo ayer la segunda mitad del paquete de 700.000 millones de dólares para rescatar al sistema financiero, después de que no prosperara en el Senado una resolución para bloquearlo.
El voto de 52 senadores contra la resolución y 42 a favor significa en la práctica que el nuevo Gobierno contará con 350.000 millones de dólares para tapar los huecos más flagrantes en el sacudido sistema financiero.
Poco antes de la votación en el Senado, Larry Summers, quien dirigirá el Consejo Económico Nacional de Obama, prometió a los legisladores que usará entre 50.000 y 100.000 millones de ese fondo para ayudar a propietarios que están a punto de perder su vivienda.
Congresistas de ambos partidos han pedido ese tipo de asistencia, en lugar de dedicar el dinero exclusivamente a echar cabos a los bancos, como ha hecho Bush.
Según la ley por la que se aprobó el fondo de 700.000 millones de dólares, para bloquear el desembolso de la segunda mitad del dinero tanto el Senado como la Cámara de Representantes debían aprobar resoluciones en contra, por lo que su rechazo en la cámara alta elimina los obstáculos para que la administración de Obama lo reciba.
La insatisfacción respecto al uso de los primeros 350.000 millones de dólares ha permeado a los legisladores de ambos partidos, que recibieron un alud de protestas de sus votantes cuando se votó el proyecto original.
Compra de acciones
Inicialmente, el objetivo del Tesoro era comprar los títulos hipotecarios que lastran las cuentas de los bancos, pero posteriormente cambió su postura y usó la mayoría del dinero para comprar acciones en esas entidades y así proporcionarles capital fresco.
También ha extendido préstamos a las empresas del motor Chrysler y General Motors.
No obstante, las críticas se han acumulado porque la inyección de capital no se ha traducido en una mayor oferta de crédito para las empresas y los individuos, sino que los bancos han usado el dinero para reforzar sus reservas.