El presidente de EEUU, George W. Bush, advirtió ayer que los terroristas aún quieren volver a atacar al país y que por ello no se debe jamás «bajar la guardia». El presidente de los Estados Unidos dirigió ayer a la nación su discurso de despedida desde la Casa Blanca, en el que defendió su controvertido mandato.
En su alocución enumeró lo que considera logros durante sus ocho años en el poder y que concluirán el próximo martes cuando su sucesor, Barack Obama, jure el cargo en las escalinatas del Capitolio.
Su mayor logro, aseguró Bush, ha sido evitar otro atentado en suelo estadounidense tras los perpetrados el 11 de septiembre del 2001, que dejaron casi 3.000 muertos.
«A medida que los años han pasado, la mayor parte de los estadounidenses ha podido volver a su vida de siempre de antes del 11-S. Pero yo nunca lo hice. Cada mañana he recibido un informe sobre las amenazas contra nuestro país, y he prometido hacer todo cuanto estuviera en mi mano para mantenernos a salvo», declaró.
Según afirmó, durante su mandato se han transformado las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, de modo que el país «está equipado con nuevas herramientas para supervisar los movimientos terroristas, congelar sus finanzas y destruir sus tramas».
Aunque reconoció errores y «cosas que haría de manera diferente si pudiera», insistió en que «siempre» ha actuado teniendo en cuenta lo que más convenía a EEUU y de acuerdo con su conciencia.
Bush se despidió con una serie de recomendaciones, entre ellas mantenerse alerta contra posibles atentados.
«Atacarán de nuevo»
«Nuestros enemigos son pacientes y están decididos a atacar de nuevo», advirtió.
En su lista de recomendaciones, Bush también instó a «rechazar el aislacionismo y su compañero, el proteccionismo», pues retirarse tras las fronteras «sólo invitará al peligro».
Bush, que deja también la economía en su peor crisis desde la Gran Depresión, aseguró que «con determinación y trabajo duro» la economía de EEUU retornará «al camino del crecimiento».