EUROPA PRESS/EFE
Israel estaría logrando dividir a la dirección de Hamás, según se desprende de las declaraciones de dos de sus principales líderes. Así, el jefe del Gobierno de Hamás, Ismail Haniye, dijo ayer que el movimiento islamista «trabaja en dos frentes» en su segunda aparición pública desde el inicio hace diecisiete días de la ofensiva israelí en la Franja palestina. «Trabajamos en dos frentes, el primero es de la resistencia y el segundo es el político para afrontar la agresión contra nuestro pueblo» dijo Haniye en una intervención por la televisión local al-Aqsa, controlada por Hamás.
Este «segundo frente» parece una alusión a las gestiones diplomáticas que Egipto realiza para tratar de alcanzar un alto el fuego entre Israel y Hamás. La intervención de Haniye, jefe del Gobierno interino de la Franja de Gaza, se produce después de que la televisión de qatarí Al Yazira informara desde El Cairo que esa mediación estaba registrando en las últimas horas «progresos tangibles». Por su parte, el máximo dirigente de Hamás, Jaled Meshal, exiliado en Damasco, afirmó ayer que «la resistencia continuará hasta que Israel sucumba y levante el cerco sobre el pueblo palestino de Gaza». «Aliviaos porque la resistencia se mantiene en la arena política y sobre el terreno, y no se romperá ante la agresión, así como nuestra gente no se romperá a pesar de las heridas profundas, su dolor profundo, masacres, demolición, castigo colectivo y asesinatos masivos», dijo Meshal.
Asimismo, Meshal instó a los árabes a que continúen manifestándose en las calles hasta que acabe el ataque a Gaza, las tropas israelíes se retiren de la franja y se abran los pasos fronterizos del territorio palestino. El líder islamista palestino en el exilio no mostró ningún actitud positiva hacia el alto el fuego promovido por Egipto.
Mientras, tropas israelíes y milicias palestinas continuaron sus enfrentamientos en Gaza, en el decimoséptimo día de una ofensiva del Estado judío que podría entrar pronto en su «tercera fase» y que ayer se cobró las vidas de otros veinte palestinos. Con miles de reservistas israelíes acantonadas en la frontera con Gaza, el futuro de la operación Plomo Fundido, en la que han muerto 917 palestinos y otros 4.100 resultaron heridos, depende de las gestiones diplomáticas en El Cairo con los islamistas de Hamás.
Las últimas víctimas palestinas son tres civiles, uno de ellos un profesional sanitario, que murieron en un bombardeo aéreo sobre un edificio de cuatro pisos de la localidad de Yabalia, en el norte de Gaza, un ataque que dejó también una decena de heridos. Moaweya Hasanien, jefe de emergencias en la franja, dijo que se trata del décimo tercer profesional sanitario muerto desde que Israel comenzó su ofensiva, en la primera semana sólo por aire y desde entonces también por tierra y mar.