EFE/REUTERS-GAZA/TEL AVIV
Al menos 225 personas murieron y setecientas cincuenta resultaron hoy heridas por un ataque aéreo masivo en Gaza que supone la más sangrienta operación militar de Israel contra los palestinos en cuarenta años. «No hay registrada una jornada mas mortífera desde la guerra de 1967. Israel no había matado desde entonces tanta gente en un sólo día», según Moawiya Hasanie, jefe de los servicios sanitarios de Gaza y quien coordina la asistencia a las víctimas.
Medio centenar de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea israelí participaron en el ataque, que se produjo poco antes del mediodía, duró apenas dos minutos y destruyó una treintena de edificios después de lanzarse cerca de 40 misiles. Además de en la ciudad de Gaza, la operación militar israelí incluyó blancos en otras localidades de la franja como Jan Junis y Rafah, y entre las personas a los que costó la vida figuran altos jerarcas de Hamás.
En el ataque murieron el responsable de la Policía de Hamás en Gaza, Taufiq Jaber, el jefe de la Seguridad de Hamas, Ismail El Yabary, y el gobernador de la circunscripción de Gaza Central, Abu Ashoun. «Fue como un terremoto, en instantes los edificios se vinieron abajo y los coches prendieron en llamas», relató un testigo presencial, el comerciante Ahmed Ghannam.
La mayoría de los inmuebles alcanzados pertenecen a Hamás o son sedes de las fuerzas de seguridad del movimiento islamista. El ataque causó el pánico entre la población de las áreas afectadas, y la televisión local mostró imágenes de civiles clamando venganza entre edificios convertidos en escombros y sembrados de cadáveres de policías con el uniforme negro de Hamás.
Los centros médicos de Gaza se colapsaron por la llegada de los cadáveres y heridos, hasta el punto de que en el principal hospital de la ciudad de Gaza, Shifa, algunas víctimas eran atendidas en los pasillos por falta de camas suficientes. El bombardeo se produce dos días después de que el Gobierno israelí adoptara la decisión de emprender una operación militar a gran escala en Gaza, si los grupos armados palestinos proseguían con el lanzamiento de cohetes contra el territorio de Israel. Los grupos armados palestinos de Gaza lanzaron una veintena de cohetes artesanales sobre las poblaciones israelíes aledañas a la franja. Una mujer de la localidad de Netivot murió por el impacto de uno de los proyectiles, que según los servicios de asistencia israelíes causó heridas a otras cuatro personas.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró anoche que su Gobierno dará al Ejército el tiempo necesario para que continúe operando en Gaza. Olmert subrayó que la campaña en Gaza precisa paciencia, a fin de devolver una «vida normal» a los habitantes del sur de Israel, blanco de los proyectiles de las milicias palestinas.
El cruento ataque israelí desató las reacciones de la comunidad internacional. Aunque en un primer momento el Gobierno de los EEUU no pidió el alto el fuego a Israel, sino que no provocara víctimas civiles, el emergente recuento de víctimas hizo cambiar a la administración de parecer. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, pidió el restablecimiento inmediato del alto el fuego en la Franja de Gaza a última hora de la tarde de aye. Además, Rice manifestó su condena a los ataques con cohetes perpetrados contra Israel y responsabilizó a Hamás de la ruptura de la tregua.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, expresó su «más profunda preocupación» ante la escalada de violencia en Oriente Próximo y ha condenado «firmemente» las «irresponsables provocaciones» y el «uso desproporcionado de la fuerza» empleado durante el bombardeo. En los mismos términos se expresó el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien manifestó su «alarma» por los grave incidentes registrados, pidió el alto el fuego e hizo un llamamiento a que se permita la entrada en Gaza de suministros y ayuda humanitaria.
El Gobierno español exigió en un comunicado el fin inmediato de la violencia en la Franja de Gaza. Con nombre y apellido, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, manifestó su condena ante la respuesta «desproporcionada» del Ejército israelí al tiempo que expresó su «firme condena de la irresponsable provocación de Hamás por el lanzamiento de cohetes».