Antonio di Lorenzo, el empresario italiano que falleció en Bombay el miércoles en el ataque terrorista a la capital de la India, era un asiduo visitante a la isla. Di Lorenzo, de 63 años de edad, pasaba largas temporadas junto a su mujer y sus dos hijos en su bungalow de Cala Tarida desde hace aproximadamente 25 años, según confirmaron ayer varios conocidos del empresario italiano.
Di Lorenzo se encontraba el miércoles en el hotel Trident Oberoi de Bombay junto a su hijo Massimiliano, de 38 años, a donde se había desplazado por motivos de trabajo. El empresario y su hijo estaban en el hall del hotel cuando se produjo el primer ataque terrorista. Antonio no pudo sobrevivir a las heridas mortales que le provocó el estallido de una granada, según confirmó anteayer al ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini. En cambio, su hijo Massimiliano salvó la vida ya que le dio tiempo a refugiarse detrás de la barra del bar del hotel. Massimiliano apenas sufrió unos rasguños y fue trasladado junto a otros ciudadanos transalpinos al consulado italiano en Bombay.
La noticia ha causado gran conmoción en Italia y más en concreto en Livorno, ciudad donde residía desde el año 1972 este empresario nacido en Roma. Di Lorenzo estaba casado con Emilia Piera tenía dos hijos, Massimiliano y Gabriele, y era titular de una sociedad financiera con sede en Lugano que gestionaba junto a su hijo Massimiliano.
Donatella, italiana residente en Cala Tarida, conoce a la familia Di Lorenzo desde hace diez años. Ayer,se mostraba consternada por la noticia del fallecimiento de su compatriota. «Cuando dijeron su nombre por la televisión no pensé que pudiera ser él, ya que es un nombre muy común en Italia, aunque luego por la noche, cuando vi su imagen en la televisión italiana, lo reconocí; me quedé muy impactada». Donatella regenta una peluquería en Cala Tarida a la que el fallecido solía acudir en verano. «Era muy simpático, siempre me decía que después de tantos años viniendo a Eivissa tenía que aprender español y me pedía que habláramos en este idioma en vez de italiano cuando le cortaba el pelo». En Cala Tarida hay una comunidad italiana muy numerosa y que lleva muchos años veraneando allí, como la familia Di Lorenzo. Otros conocidos comentaban ayer que era una persona muy querida por la comunidad italiana y que sentía «gran amor» por la isla a la que le gustaba venir en el mes de mayo, lejos de los agobios de la temporada alta.