La policía tailandesa ha ordenado a los miles de manifestantes que se encuentran en el aeropuerto de Don Muang que lo desalojen, a la espera de que el conflicto se solucione en unos días. Si fracasasen las negociaciones, los agentes están dispuestos a actuar, aunque las órdenes del primer ministro son de que el desalojo sea pacífico. Mientras tanto, en el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi se han desplegado cientos de agentes, a la espera de que se inicien las negociaciones entre autoridades y manifestantes, por si éstos se revelasen. Por otro lado, el aeropuerto de U-Tapao, a 150 kilómetros de Bangkok, ha sido habilitado para dar salida a miles de turistas atrapados, entre ellos unos 300 españoles, hasta que los dos bloqueados vuelvan a la normalidad.
Mientras, en el aeropuerto más importante del país, el de Suvarnabhumi, cientos de policías con porras y escudos se apostaron en los alrededores, pero no tomaron ninguna medida contra los partidarios de la Alianza Popular para la Democracia.
El asedio a los dos principales aeropuertos ha reducido los enlaces aéreos entre la capital tailandesa y el resto del mundo, dejando varados a miles de turistas. Sobre los españoles, la vicepresidenta del Gobierno, Fernández de la Vega, aseguró que se habían puesto en contacto con «todos los españoles que se encuentran en Tailandia» atrapados, para «prestarles asistencia y protección».