La Comisión Europea propondrá hoy a los Veintisiete una acción coordinada frente a la crisis económica centrada en el aumento del gasto público y las rebajas fiscales selectivas, con la esperanza de espolear la actividad y el consumo y dinamizar el mercado laboral. Hacen falta medidas «inmediatas», aunque temporales y limitadas a ciertas áreas, explicó ayer el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, que también insistió en la importancia de la coordinación entre los estados miembros.
Bruselas quiere que la UE habilite unos 130.000 millones de euros (en torno al 1% del PIB comunitario) para frenar la caída de la actividad. El dinero procedería de los fondos comunitarios y del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Bruselas, que ha encontrado en Berlín la mayor resistencia a su plan de reactivación. Las diferencias entre Alemania, Francia y Reino Unido lastran la iniciativa de Bruselas, que insiste en que el aumento del gasto público no implica dejar de lado las reglas de estabilidad presupuestaria.
«No se suspende la aplicación del Pacto de Estabilidad», explicaron ayer fuentes comunitarias, pero se tendrá en cuenta el contexto económico. En el capítulo del gasto, la Comisión cree que hay que compensar con inversión pública la debilidad del sector privado. Para ello, además de recurrir a las arcas nacionales, propone acelerar la ejecución de los proyectos financiados por los fondos de cohesión y adelantar los pagos a los países previstos para los próximos años.
La Comisión descarta la concesión de ayudas directas a la industria -tampoco a la automovilística. En el ámbito tributario, Bruselas no recomendará a los países rebajas fiscales generalizadas -como ha hecho Reino Unido, al recortar 2,5 puntos el IVA-. Pero sí les instará a adoptar bajadas selectivas de algunos impuestos, por ejemplo para los productos «verdes».