Desde Delaware a las Rocosas, millones de estadounidenses formaron en las primeras horas de ayer largas filas para votar en unas elecciones presidenciales con una participación sin precedentes.
Cuando ya estaban abiertos los centros de votación en 48 estados y el distrito de Columbia, las cadenas de televisión mostraron imágenes de ciudadanos que acudían temprano a las urnas pero que esperaban en largas colas para votar.
El candidato presidencial demócrata, Barack Obama, y su esposa, Michelle, acompañados por sus dos hijas, no esperaron demasiado cuando acudieron a sufragar en Chicago, Illinois.
El candidato presidencial republicano, John McCain, votó por la mañana en Fénix y luego mantuvo los últimos actos electorales en Colorado y Nuevo México.
Larga espera
Dos votantes en el estado de Maryland indicaron que la espera fue de casi una hora, y en Virginia Beach, en Virginia, bajo una persistente llovizna, las filas se extendían por varias calles.
En Delaware los votantes llegaron a pie, en automóviles o en bicicletas, y las colas de espera se formaron desde una hora antes de la apertura de los centros de sufragio. Decenas de votantes estaban ya en fila en la Escuela Tatnall, de Greenville (Delaware) cuando poco después de la apertura de la oficina se presentó a votar el candidato demócrata a la vicepresidencia, el senador Joe Biden.
Cuando comenzó el proceso de votación la calle frente a la escuela tenía una fila que se extendía en ambas direcciones por casi ocho calles.
El diario The Observer, en Charlotte, Carolina del Norte, informó que hora y media después de la apertura de las oficinas electorales los votantes esperaban de 30 a 90 minutos, y condiciones similares ocurrían en los condados vecinos de Carolina del Sur. «Me imagino que esta elección pasará a los libros de historia, y quiero ser parte de esto», dijo al diario Mark Carter, quien se presentó a votar a la Escuela Primaria Oakdale, en Charlotte, a las cuatro de la mañana, dos horas antes de la apertura.
Sin precedentes
En Ohio, los votantes esperaban en largas filas en una mañana soleada, y el diario Cincinnati Enquirer informó de una participación sin precedentes en varios condados. Igual ocurrió en Minnesota, donde los electores empezaron a formar largas colas mucho antes de la apertura de las mesas.
El secretario de Estado de Minnesota, Mark Ritchie, dijo que podría haber participado más del 80 por ciento de los votantes, y que quizá se superara el 83 por ciento de 1956.
La demora en un distrito en Virginia, en cambio, se debió a que la directora de una biblioteca se durmió y se demoró la apertura del centro electoral.