Varios funcionarios de la Administración Bush han presionado a sus homólogos en Japón, Alemania, Reino Unido y otras naciones de la UE para que establezcan planes de rescate ante la situación crítica de sus firmas financieras, según reveló 'The Washington Post'. La Administración Bush ha preparado un borrador del plan de rescate drástico para limpiar los cientos de miles de millones de dólares implicados en activos financieros tóxicos, nombre con el que se conoce a los valores y títulos basados en hipotecas subprime o de alto riesgo. El plan prevé gastar un tope de 700.000 millones de dólares y elevar la deuda pública máxima hasta los 11'3 billones de dólares.
En este sentido, miembros de la Administración Bush están sugiriendo a otros gobiernos que establezcan programas similares, como una ayuda sin precedentes al sistema financiero global, señala el diario. Un miembro del Banco de Inglaterra, que habló al periódico en condición de anonimato, aseguró que había estado en constante contacto con sus homólogos norteamericanos para intentar encontrar «una respuesta global a un problema global».
Mientras, el secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, acudió ayer a varios programas televisivos con un mensaje de urgencia para que el Congreso apruebe un plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares, en la mayor intervención del Gobierno desde la Gran Depresión de 1930. Paulson, a quien el presidente George W. Bush encomendó la tarea de «vender» este salvavidas, llevó ante la opinión pública y a través de las cadenas ABC, CBS, Fox y NBC variaciones de un mismo mensaje: el Congreso debe actuar ya para evitar un mayor descalabro del sistema financiero.