La secretaria de Estado de EE UU, Condoleeza Rice, llegó ayer tarde en Trípoli en una visita histórica que, según sus palabras, refleja la voluntad de Washington de alcanzar la paz incluso con sus más «fervientes enemigos», si cumplen con las leyes internacionales.
Esta es la primera visita de un alto funcionario norteamericano a Libia desde hace de 55 años, 39 de ellos con Gadafi en el poder.
Rice llegó al aeropuerto militar de Maatiga, cerca de Trípoli, a las 17.15 hora local (15.15 GMT) y fue recibida por el responsable libio para Asuntos Americanos, Ahmed Fitouri, antes de reunirse con el responsable de Exteriores del país magrebí, Aberramán Chalgham.
Por la noche compartió la comida de ruptura del ayuno del mes sagrado del Ramadán con el líder libio, Muamar el Gadafi, otrora el «gran enemigo del mundo» y cabeza de un régimen incluido en la lista de Estados Unidos de países terroristas hasta hace apenas dos años.
La visita de Rice supone el punto álgido de cinco años de complicadas negociaciones diplomáticas con Libia, desde que Gadafi anunció en 2004 que renunciaba a las armas de destrucción masiva, un camino que deberían seguir Irán y Corea del Norte, según los dirigentes estadounidenses.
«Es un momento histórico que llega tras mucha dificultad y el sufrimiento de muchas personas a las que nunca olvidaremos», afirmó Rice poco antes de llegar a Trípoli, en referencia a las víctimas de los atentados cuyo patrocinio Washington ha atribuido siempre a Libia.
A mediados de agosto, Libia y EE UU llegaron a un acuerdo sobre indemnizaciones a las víctimas de Lockerbie y de los ataques aéreos norteamericanos sobre Trípoli y Bengasi, lo que despejó definitivamente el camino a la visita de Rice.