El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, dejó ayer claro que la entidad monetaria luchará contra el aumento de la inflación pese a haber revisado a la baja considerablemente sus pronósticos de crecimiento. Por ello, es probable que los tipos de interés se mantengan en el 4'25% hasta entrado 2009.
Trichet dijo en rueda de prensa en Fráncfort que la entidad pronostica ahora una reactivación económica en el área euro de entre el 1'1 y el 1'7% en 2008. El BCE había previsto en junio que el crecimiento de la zona del euro sería este año de entre el 1'5 y el 2'1 por ciento.
Trichet consideró que el crecimiento económico de la zona del euro se ha debilitado mucho, pero rehusó hacer comentarios respecto a una posible recesión de la economía, lo que técnicamente se define como dos trimestres seguidos de contracción. «Estamos en una depresión, pero no voy a comentar definiciones técnicas especiales de la situación. Veremos todos los cambios», dijo Trichet.
Previamente, el consejo de gobierno del BCE decidió dejar inalterado el precio del dinero en el 4'25 por ciento debido a las presiones inflacionistas y pese al debilitamiento de la reactivación económica.
Además, el BCE revisó al alza sus pronósticos de inflación. La entidad monetaria pronostica que la tasa de inflación se situará en 2008 en una horquilla entre el 3'4 y el 3'6 por ciento, por lo que aumenta la parte inferior del rango previsto en junio (3'2 y el 3'6 por ciento). Según Trichet, la revisión a la baja del crecimiento y al alza de la inflación reflejan «riesgos de aumentos de los precios de la energía y de los alimentos, que podrían lastrar el consumo y la inversión».
Trichet aseguró además que el banco europeo ha observado la materialización de efectos de segunda ronda en aquellos países de la zona del euro que ajustan sus aumentos salariales a la subida de la inflación.
Por otra parte, los pronósticos delBCE provocaron la caída general de las bolsas. El parqué español cayó un 3'11 por ciento, la mayor caída desde el 5 de febrero, y perdió la cota de los 11.500 puntos. El principal indicador del mercado español, el Ibex-35, terminó la jornada con una bajada de 369 puntos y se situó en 11.480'10 puntos, en tanto que el Indice General de Madrid cedió el 3 por ciento hasta 1.233'51 puntos.
En Europa, con el euro perdiendo posiciones hasta 1'435 dólares, las principales plazas también se desplomaron: Londres cedió el 2'50 por ciento; Fráncfort, el 2'91 por ciento; París, el 3'22 por ciento, y Milán, el 2'85 por ciento.
El parqué español comenzó la jornada prácticamente plano,, al igual que los principales mercados europeos, todos ellos expectantes a las decisiones que el BCE pudiera tomar y haciendo caso omiso a Wall Street, que logró darse la vuelta y cerrar en positivo el miércoles.