La aspirante republicana a vicepresidente, Sarah Palin, ha dominado por días la convención de su partido sin aparecer en público, pero la pasada madrugada fue el centro de la atención con un discurso que la presentó a los votantes estadounidenses. Desde que John McCain convirtió a la casi desconocida Palin en su número dos, la gobernadora del estado de Alaska ha estado en el centro de una tormenta mediática por la revelación del embarazo de su hija adolescente, una investigación sobre su papel en el despido de un funcionario y cuestionamientos sobre su historia política.
McCain, un senador por Arizona de 72 años, y Palin debían ser nominados la pasada madrugada por la convención para enfrentar al candidato presidencial demócrata Barack Obama y su compañero de fórmula Joe Biden en las elecciones del 4 de noviembre.
Primera oportunidad
La postura de Palin contra el aborto y a favor de la tenencia de armas entusiasmó a los conservadores y activistas del partido, pero la pasada madrugada tenía la primera oportunidad de hablar directamente a los votantes sobre su historia y filosofía de vida. Los analistas republicanos prevén que las bases del partido la recibirán como una estrella de rock, comparable, quizás, a Barack Obama en el lado demócrata.
La campaña de John McCain acusó ayer a la prensa de «lanzar basura» a su candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin. Rick Davis, el director de la campaña de McCain, se quejó de que los medios de prensa no han escudriñado del mismo modo el pasado de los candidatos demócratas. «Están intentando lanzar basura contra nuestra candidata», se quejó en una rueda de prensa Davis, quien afirmó que muchos artículos sobre ella «no son apropiados o correctos».