Las revelaciones sobre la candidata republicana a la Vicepresidencia, Sarah Palin, dejaron en un segundo plano el mensaje de la Convención Republicana y obligaron ayer al propio John McCain a defender su decisión de elegirla. Palin, gobernadora de Alaska, admitió el lunes que su hija Bristol, de 17 años, está embarazada de cinco meses y se casará con el padre del bebé.
Además, también se dio a conocer ayer que ha contratado un abogado privado para que la represente en la investigación que se desarrolla en Alaska sobre un presunto abuso de poder, que incluye presiones para el cese de su ex cuñado como agente de Policía. En las últimas horas, además, ha salido a la luz que su esposo fue detenido por conducir en estado de embriaguez en su juventud.
Hasta tal punto se han multiplicado las revelaciones que el mercado de predicciones políticas por Internet Intrade calculaba ayer un 12 por ciento de posibilidades de que Palin acabe retirando su candidatura, una cifra muy baja pero que se ha elevado desde el 3 por ciento con que comenzó al anunciarse el nombramiento el viernes. El propio McCain se ha visto obligado a defender su decisión de escoger a Palin, ante una polémica que ha hecho que algunos cuestionen la capacidad del candidato para tomar decisiones importantes.
Proceso exhaustivo
«Mi proceso de selección fue exhaustivo y estoy agradecido por los resultados», afirmó McCain en un acto electoral en Filadelfia. La situación ha puesto a la defensiva a los estrategas republicanos, que contaban con la Convención para «vender» la imagen de su candidato y lograr ganar puntos en las encuestas, y que ya han perdido un día para ello debido al impacto del huracán «Gustav» en Luisiana el lunes.
En lugar de hablar del programa electoral, se han visto obligados a responder a los interrogantes sobre lo cuidadoso que fue el proceso de selección para ofrecer la Vicepresidencia a Palin, de 44 años y hasta entonces desconocida fuera de Alaska. Brian Rogers, un portavoz de McCain, desmintió ayer una información del 'New York Times' y que aseguraba que Palin fue miembro del Partido Independentista de Alaska en los años 90.
«La gobernadora está inscrita como republicana desde que empezó a votar, en 1982», afirmó Rogers. Otros republicanos también han corrido en defensa de la gobernadora. La presidenta de la campaña de McCain, Carly Fiorina, acusó a los demócratas de «sexismo» al criticar a Palin.
El nombramiento de Palin, de firmes creencias conservadoras, había sido acogido con satisfacción entre las bases más derechistas del partido, pero causó asombro entre el público en general por lo inesperado. Según algunos medios, la selección de la gobernadora se produjo casi en el último momento, pues McCain tenía en mente a otros candidatos alejados de las bases conservadoras. Finalmente, el temor a defraudar a esos votantes hizo que se inclinara por Palin.