El último día de la convención demócrata, que erigió a Barack Obama como candidato oficial para optar a la presidencia de la Casa Blanca en las elecciones del próximo 4 de noviembre, contó con un acalorado discurso del senador por Illinois en un estadio de fútbol de Denver, Colorado, abarrotado por más de 84.000 personas que aclamaban al candidato demócrata a gritos de «Yes, we can» (Sí, podemos).
En 42 minutos de discurso, Obama criticó la gestión del actual presidente de EE UU, George Bush, alegando que «ocho años son suficientes». Además, el que ya es primer candidato negro a la presidencia de EE UU aceptó su candidatura «con profunda gratitud y gran humildad».
«Entiendo que no soy el candidato más probable para este puesto, no encajo en el prototipo habitual, y no he pasado mi carrera en los salones de Washington». Barack Obama se mostró humilde durante su discurso de cierre de la convención que le ha elegido oficialmente candidato demócrata para las próximas elecciones presidenciales de noviembre.
Pionero
En todo momento, se dirigió a la masa de 84.000 personas que abarrotaban el estadio dejando a un lado lo pionero de su candidatura, pues es ya el primer candidato negro a la presidencia de su país. «Lo que las personas negativas no entienden es que estas elecciones nunca han sido sobre mí, sino sobre vosotros», añadió. Además, aprovechó para aceptar su candidatura «con profunda gratitud y gran humildad».
Pero no todo fueron palabras para su audiencia, ya que también reservó críticas contra la gestión del actual presidente de Estados Unidos.
De hecho, justificó la importancia de votarle a él y no a su contrincante republicano, John McCain, alegando que el senador por Arizona supone continuidad al Gobierno Bush, y «ocho años son suficientes». Por ello, apeló a la «promesa norteamericana» y añadió que «estas elecciones son nuestra oportunidad para mantener, en el siglo XXI, la promesa americana con vida».
Acto seguido, proclamó que, si llega a presidente, una de sus principales tareas será arreglar las políticas fallidas de las dos legislaturas en las que han gobernado los republicanos. Además, aprovechó para arremeter contra su adversario, a quien acusó de no estar en contacto con los problemas del día a día de los norteamericanos y de ser cualquier cosa «menos independiente» en asuntos clave como la economía, la sanidad o la educación.
«No es a causa de que a John McCain no le importe, es porque John McCain no lo entiende», añadió Barack Obama.