El presidente ruso, Dimitri Medvedev firmó ayer el documento oficial propuesto por Francia y que establece un alto el fuego que debería poner fin a los enfrentamientos en Georgia, pero las autoridades rusas ya han advertido que no comenzarán el repliegue definitivo hasta que se cumplan las condiciones previstas en el plan.
Mientras, sigue la polémica por la destrucción de un puente estratégico del ferrocarril georgiano de la que Tiflis acusa a los rusos.
Sobre el terreno, las fuerzas militares rusas no han recibido orden de retirada alguna a la espera, según el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, de que se cumplan las condiciones adicionales sobre cuestiones de seguridad previstas por la iniciativa gala.
Primeros pasos
Sin embargo, corresponsales de la agencia de noticias Reuters aseguraron haber sido testigos de una sensible disminución de la presencia militar en la zona de Gori, localidad georgiana ocupada por tropas rusas. «Cuando mi presidente me llame a este teléfono móvil y me ordene iniciar la retirada, cumpliré su orden», afirmó el comandante militar de la región de Gori, una zona georgiana situada a unos 25 kilómetros de la provincia separatista de Osetia del Sur.
Medvedev plasmó su firma sobre un documento que habían suscrito ya, además de Tiblisi, los dirigentes de las dos provincias separatistas georgianas, Osetia del Norte y Abjazia.