Al menos 15 personas murieron ayer y más de 40 resultaron heridas en el atentado perpetrado por una mujer suicida, que detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo, en Baquba, al noreste de Bagdad.
La suicida hizo detonar la carga cerca de una patrulla de la policía que se encontraba delante del tribunal de Baquba, capital de la provincia de Diyala.
El convoy de la policía objetivo del ataque estaba esperando para trasladar a varios detenidos de la sede del tribunal a la cárcel.
Entre los muertos se encuentran seis policías, mientras que la mayoría de los heridos son civiles, algunos de los cuales se encuentran en estado grave.
La explosión causó, además, el incendio de varios coches de la policía y civiles que estaban aparcados en el lugar del ataque. El atentado de ayer es el decimocuarto ataque suicida perpetrado por una mujer en Diyala en los últimos meses. Casi todas ellas fueron reclutadas por la red terrorista de Al Qaeda en Irak.
La provincia de Diyala, junto a la frontera con Irán, acoge a árabes, chiíes y kurdos, y es uno de los principales bastiones de grupos insurgentes.
Presos liberados
En otro orden de cosas, la Justicia iraquí ordenó ayer la puesta en libertad de 20.000 prisioneros bajo la ley de amnistía elaborada para facilitar la reconciliación entre chiíes y suníes, según informó el Consejo Judicial Supremo.
«Esta liberación supone un verdadero impulso a los esfuerzos para la reconciliación nacional», explicó el portavoz del Consejo, Abdulsatar al Bayrkdar. Entre los liberados se incluyen presos encarcelados y detenidos que se encontraban a la espera de juicio.
La mayoría de los prisioneros eran suníes acusados de colaborar con la insurgencia frente a las fuerzas de seguridad creadas después de la invasión estadounidense de 2003. Muchos de estos milicianos se han terminado incorporando a las patrullas de seguridad ciudadano bajo supervisión norteamericana, lo que ha facilitado la aprobación de la amnistía.