El primer ministro irlandés, Brian Cowen, urgió ayer a los ciudadanos a votar «sí», por el bien de la economía nacional, en el referéndum que se celebrará mañana sobre el Tratado de Lisboa.
En el último día en que está permitido hacer campaña de cara al referéndum, Cowen destacó que Irlanda tiene que demostrar su compromiso con Europa para proteger las exportaciones, el motor del crecimiento. «Creo que, al final, la gente reconocerá que la economía irlandesa está estrechamente conectada con la economía europea», dijo Cowen en rueda de prensa.
Los sondeos apuntan a que los partidarios del «no» están ganando terreno a los del «sí». Una encuesta publicada la semana pasada indicaba por primera vez que los que se oponen al Tratado de Lisboa son más que los que lo apoyan.
El Tratado sustituirá a la fallida Constitución europea, rechazada por los votantes franceses y holandeses en 2005, y ahora Irlanda es el único país de la Unión Europea que celebra una consulta popular para ratificar el nuevo texto.
Posible fracaso
Esto significa que el Tratado podría fracasar por la negativa de un país cuya población representa sólo un uno por ciento de los habitantes de los países de la UE, que suman 490 millones de personas.
La mayoría de los partidos políticos irlandeses, un importante grupo de presión agrícola y el congreso de sindicatos respaldan el Tratado de Lisboa, que sólo se enfrenta en el Parlamento al rechazo de los nacionalistas del Sinn Fein.
El Gobierno irlandés ha acusado a los defensores del «no» de intentar asustar al electorado haciéndole pensar que el Tratado erosionará la soberanía de Irlanda. «Irlanda no va a dejar de existir», subrayó Cowen. «Realmente creo que es hora de (...) dejar de oír los mismos viejos y cansinos disparates, que no tienen relevancia en la realidad política», opinó.
El primer ministro hizo además hincapié en que Irlanda conservará su capacidad de vetar las decisiones de la UE en el ámbito de los impuestos. «Si no estamos de acuerdo, no puede ocurrir», declaró a la cadena pública RTE.