La V Cumbre de jefes de Estado y Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE) arrancó ayer en Lima con la firme voluntad de llegar a acuerdos sobre pobreza y medio ambiente, lo que permitió aparcar las polémicas que enfrentan a algunos de estos países.
El presidente de Perú y anfitrión, Alan García, recibió al medio centenar de gobernantes en el Museo de la Nación, donde se ratificará la Declaración de Lima.
El reto es encontrar fórmulas para paliar estos problemas y para ello los presidentes se reunieron a puerta cerrada repartidos en ocho mesas de trabajo.
En la inauguración, el presidente peruano pidió acordar «metas concretas» para paliar la hambruna y la pobreza, uno de los ejes centrales de la cita limeña. Así, propuso incrementar un 2% la producción agrícola para aliviar la crisis alimentaria mundial y defendió la supremacía de la política sobre el mercado.
Este último comentario de García llevó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a elogiarlo, en un acto simbólico que apacigua las tensas relaciones entre los dos mandatarios.
El presidente de Panamá, Martín Torrijos, confirmó que se incorporará plenamente a la negociación de los países centroamericanos con la UE para un acuerdo de asociación política, comercial y de cooperación. Por su lado, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, consideró que la pobreza en América Latina es consecuencia de las malas prácticas políticas.
Ante los planteamientos de los latinoamericanos, el presidente de Eslovenia y del Consejo Europeo, Janez Jansa, solicitó «todos los esfuerzos» para afianzar los lazos entre ambos bloques, mientras el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmaba que el propósito es avanzar en las negociaciones «con posiciones flexibles».