EFE-SOCHI
Los presidentes de EEUU, George W. Bush, y de Rusia, Vladímir Putin, firmaron ayer un «marco estratégico» que sienta las bases de la relación bilateral para el futuro, pero mantuvieron sus diferencias en asuntos como la defensa antimisiles. Los dos dirigentes, y el presidente electo ruso, Dimitri Medvédev, así lo dejaron claro tras una mañana de reuniones en la ciudad balneario rusa de Sochi, en lo que ha sido la última cumbre entre Bush y Putin.
No obstante, los mandatarios se mostraron optimistas acerca de la posibilidad de llegar a un acuerdo en el futuro sobre sus discrepancias, aunque subrayaron que «queda mucho trabajo» por delante. «La declaración refleja las discrepancias existentes, ante todo en el dossier político militar. Pero es importante destacar que reafirmamos nuestra disposición de trabajar para superarlas», dijo Putin.
El «marco estratégico» sienta las bases de la relación entre ambos países para el futuro en áreas como la no proliferación de armas de destrucción masiva, la lucha contra el terrorismo o la economía. Pero también expone las diferencias en torno al escudo antimisiles que EEUU planea en Europa del Este.
Rusia expresa en el texto que «no está de acuerdo con la decisión» de establecer el escudo en Polonia -donde se desplegarán diez lanzaderas de misiles interceptores- y la República Checa -donde se levantará un radar-. Putin ha propuesto en ocasiones anteriores Azerbaiyán como sede alternativa.
Moscú ve el dispositivo como una amenaza contra su territorio. Washington asegura e cambio que el objetivo es impedir ataques de países hostiles de Oriente Medio.
Para calmar los temores de Rusia, EEUU ha ofrecido garantías como permitir que expertos rusos inspeccionen el sistema o el no activarlo hasta que Irán, u otro país hostil en el área, efectúe una prueba de misiles balísticos contra Europa.
El documento afirma que Moscú «aprecia las medidas que Estados Unidos ha propuesto y declara que, si se acuerdan y se ponen en marcha, serán importantes y útiles para calmar las preocupaciones rusas». No obstante, Putin declaró que «el diablo está en los pequeños detalles. Es importante que los expertos decidan cuáles serán las medidas de garantía y cómo se llevan a cabo».
Bush insistió en que el propósito del escudo es «la defensa, no la ofensiva. Evidentemente, tenemos mucho trabajo por delante para convencer a los expertos de que este sistema no está dirigido contra Rusia».