Tras una semana de disturbios en la capital del Tíbet, Lhasa, el gobierno tibetano en el exilio teme que las víctimas mortales superen el centenar, mientras las protestas contra el Ejecutivo chino se extendieron ayer al noreste de la India.
Un portavoz de las autoridades tibetanas en el exilio, Thubten Samphel, aseguró que hasta el momento han podido confirmar la muerte de 99 tibetanos, 80 de ellos en Lhasa y 19 tiroteados por la Policía en la provincia china de Gansu.
Sin embargo, una fuente tibetana en el exilio citada por la emisora «Radio Free Asia» señaló que otros quince tibetanos perdieron la vida en choques con agentes en la región limítrofe de Sichuan. Samphel dijo estar al tanto de los disturbios en Sichuan y agregó que la cifra total de muertos podría superar el centenar, aunque matizó que por el momento no disponen de datos «oficiales» sobre los enfrentamientos en esta región.
Las autoridades chinas reconocieron ayer por primera vez que la Policía ha disparado contra manifestantes tibetanos y ha causado heridas a cuatro personas en Sichuan, donde se extendieron las protestas desde Lhasa, al igual que a Gansú y Qinghai, regiones con importante presencia tibetana. En lugar de atenuarse, las manifestaciones de tibetanos en el exilio también se están propagando en territorio indio.