John Edwards dijo adiós ayer a su sueño de ser presidente de Estados Unidos en la misma ciudad donde anunció su comienzo: Nueva Orleans.
En este escenario, el senador confirmó su retirada de la contienda demócrata, donde no ha podido ganar ni una sola de las citas, asegurando que había llegado el momento «de apartarse para que la historia pueda abrirse camino».
La decisión deja a 26 delegados ya nombrados para la convención nacional sin opción a la que votar, por lo que tanto Barack Obama como Hillary Clinton, los dos candidatos de su partido con opciones reales, podrían recibir un apoyo extra si Edwards decide posicionarse por alguno de los dos. «Es el tiempo de apartarme para que la historia pueda abrirse camino», afirmó Edwards ante sus simpatizantes, congregados en Nueva Orleans, Louisiana. De esta forma, confirmó una retirada conocida horas antes y que supone la directa consecuencia de no haber logrado hasta la fecha ninguna victoria a las primarias.
Según la CNN, parte de la culpa de este abandono lo tiene la escasa atención que los medios de comunicación estaban prestando a la candidatura de Edwards, en beneficio de Obama y de Clinton, lo que le dificultaba obtener delegados, tal y como señaló un ayudante de su campaña. En este sentido, descartó la razón de la supuesta falta de fondos. «No sabemos quien dará los últimos pasos hacia el 1600 de la Avenida de Pensilvania (dirección de la Casa Blanca), pero lo que sí sabemos es que nuestro Partido Demócrata hará historia y nuestras convicciones y espina dorsal regresarán a la Casa Blanca en noviembre», añadió en su discurso.