Como balance de su tiempo en el poder y anticipo de futuro, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer su «política de civilización», o lo que es lo mismo, sus medidas para «devolver al hombre al corazón de la política», «rehumanizar la sociedad» y «llevar a cabo el cambio indispensable al servicio del ciudadano». Entre ellas, Sarkozy incluyó algunas de cara a los próximos meses, en los que tratará de incluir nuevos derechos en la Carta Magna gala, entre otras iniciativas. Además, el líder conservador llegó a afirmar que Italia y España le había propuesto realizar «expulsiones colectivas» de inmigrantes ilegales.
Sarkozy compareció en el Palacio del Elíseo, donde durante dos horas dio un discurso y se sometió a las preguntas de los 600 periodistas congregados.
Durante su comparecencia, anticipó algunas de sus intenciones de cara al futuro, una de las cuales pasa por reformar el preámbulo de la Constitución «para garantizar la igualdad del hombre y la mujer, asegurar el respeto de la diversidad y sus medios», así como la «integración» y la respuesta a los «desafíos de la bioética», según informaciones del diario 'Le Monde'. El encargo de redactar el nuevo texto corresponderá a Simone Veil, política reconocida, entre otros aspectos, por haber sido presidenta del Parlamento Europeo y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2005.
«Hace falta saber lo que se quiere hacer, si continuar o cambiar», apuntó Sarkozy. «Yo cambiaré sin tabúes y obtendremos resultados», proclamó aludiendo a la senda reformista iniciada desde que alcanzase el año pasado la Presidencia de la República.