El presidente de la Comisión Electoral de Kenia, Samuel Kivuitu, ha reconocido que no sabe quién es el ganador de las elecciones, mientras el país, en estado de alerta, espera la manifestación convocada por la oposición para hoy, que ha sido prohibida por las autoridades.
Kivuitu ha hecho temblar los pasillos del palacio presidencial al admitir en una entrevista publicada ayer por «The Standard» que «no está seguro del triunfo de Mwai Kibaki», reelegido en los comicios presidenciales del pasado día 27.
El presidente de la Comisión Electoral pide la apertura de una investigación independiente y asume la responsabilidad del anuncio de la victoria tras un recuento repleto de irregularidades denunciadas por la oposición y la Unión Europea.
Las denuncias sobre operaciones fraudulentas desataron una ola de violencia por todo el país, cuyo balance oficial es de 300 muertos, según el presidente Kibaki, más del doble según la oposición. Además, según la Cruz Roja Internacional, hay más de 100.000 personas que han perdido sus hogares.
El Gobierno denunció que los asesinatos en el valle del Rift de miembros de la tribu Kikuyu, a la que pertenece Kibaki, son actos «de genocidio y de limpieza étnica» y que, además, «fueron debidamente planificados, financiados y ensayados» por los dirigentes del Movimiento Democrático Naranja antes de las elecciones.
Sin embargo, los partidarios del dirigente opositor Raila Odinga, pertenecientes en su mayoría a la tribu Luo, han presentado cargos similares, teniendo como aval las críticas de las ONGs, que hablan de «sangrienta represión».