El Gobierno israelí aprobó ayer la liberación de 441 presos palestinos tras la propuesta presentada por el primer ministro, Ehud Olmert como gesto de buena voluntad con vistas a la conferencia de paz que se celebrará en la ciudad estadounidense de Annapolis (estado de Maryland).
Según la emisora Israel News, tres ministros del partido Shas, dos del Yisrael Beiteinu y el jefe del Departamento de Deportación, Shaul Mofaz (del partido Kadima), votaron en contra de la medida.
Fuentes de la oficina del primer ministro aseguraron que esta iniciativa no afectará a los esfuerzos de las autoridades por la liberación del soldado israelí secuestrado, Gilad Shalit, y que los presos que se beneficiarán no han sido reclamados por Hamás.
Un comité ministerial para la liberación de presos discutirá el próximo miércoles la lista de reos y decidirá la fecha de la liberación, ya que algunos de ellos tienen que obtener el perdón del presidente israelí, Shimon Peres, y del jefe del Ejército.
Durante la reunión del gabinete, en la que también anunció el desmantelamiento de todos los asentamientos ilegales en Cisjordania, prometió cumplir así uno de los compromisos israelíes en el marco de la 'Hoja de ruta'.
El primer ministro señaló que el Gobierno tiene que tomar soluciones difíciles, pero añadió que sólo serán aplicadas después de las negociaciones y «en paralelo al compromiso de los palestinos en su guerra contra el terrorismo».
Asimismo, Olmert dijo que Israel no construirá ningún nuevo asentamiento en Cisjordania, si bien no prometió una congelación en la construcción en las colonias que ya existen. La 'Hoja de ruta', el plan de paz elaborado por el Cuarteto para Oriente Próximo, reclama una suspensión total en todo lo relativo a los asentamientos.
«Seamos claros, nos comprometimos a través de la 'Hoja de ruta' a no construir nuevos asentamientos y no construiremos ninguno», aseguró Olmert, según su portavoz, Miri Eisin, durante la reunión de su gabinete.
Compensaciones
Por su parte, el ministro de Infraestructura y dirigente del partido Laborista, Benjamín Ben Eliezer, explicó que «las fronteras serán determinadas según las resoluciones 242 y 338» de la propuesta del presidente estadounidense, George W. Bush.
En este sentido, manifestó que «Jerusalén será la capital israelí según el principio de barrios judíos para judíos y barrios árabes para árabes».
«No habrá derecho de retorno para los refugiados palestinos, pero recibirán compensación económica a través de las donaciones internacionales, al igual que los judíos que abandonaron países árabes».