Turquía elevó ayer su presión sobre Irak al autorizar su Parlamento una ofensiva militar en el norte del país vecino para combatir a los guerrilleros del PKK kurdo. La autorización, avalada por 507 de los 526 diputados que participaron en la votación, es válida por un año y permite hacer uso de ella cuantas veces lo considere necesario el Ejército turco, que tiene más de 100.000 soldados en la frontera con Irak desde la primavera pasada.
El Gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan se ha visto obligado a dar este paso por las bajas militares sufridas en las últimas dos semanas, cuando una treintena de soldados perdieron la vida en ataques del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán. «Estamos en un momento en que nuestra paciencia se ha agotado. Pero éste es un gran país; en este momento deberíamos encontrar la vía correcta con paciencia», dijo tras el voto el portavoz del Gobierno, Cemil Cicek.
Como se apresuró a subrayar el martes Erdogan, Cicek repitió que el objetivo de una eventual operación en el norte de Irak será sólo el PKK, al tiempo que criticó a los aliados occidentales de Turquía, por no brindar más apoyo en esta lucha antiterrorista.