El Gobierno británico pretende que a finales de año sólo queden en Irak 1.500 de los más de 7.000 soldados que el Reino Unido tiene desplegados en ese país, reveló el dominical británico «The Obrserver».
El Ejército británico está preparándose para retirar el próximo mes sus efectivos de su base en el aeropuerto de Basora, en el sur del país, con lo que entregará la gestión de la última provincia que controlaban a los militares iraquíes.
Según el rotativo «The Observer», el Gobierno de Londres dará detalles esta semana de la retirada de tropas, que permitirá disponer de más efectivos para poder enviar a Afganistán. El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, rehusó hoy «entrar en un juego de predicciones» sobre cuánto tiempo permanecerán las tropas británicas en Irak, pero reconoció que era «una situación muy difícil y muy peligrosa».
El jefe de la diplomacia británica insistió en que el Reino Unido tiene que «construir estabilidad, capacidad institucional y capacidad real» en Irak, así como ayudar a la reconciliación nacional.
La presión sobre el Ejecutivo por su política en Irak se ha incrementado tras la publicación de un informe de una comisión multipartita, según el cual la actual estrategia «está estancada» y no tiene ni un fin ni unos objetivos claros.