ANNE LEROUX-PARÍS
La conservadora y gobernante UMP ganó ayer la primera ronda de las Legislativas francesas, marcada por una abstención récord y que augura al presidente Nicolas Sarkozy una amplia mayoría en la Asamblea Nacional para aplicar su programa de «ruptura». Por su parte, el Partido Socialista (PS), amenazado por lo que podría ser su peor derrota desde la debacle de 1993, llamó a sus seguidores a «reaccionar» y movilizarse masivamente en la segunda y definitiva segunda vuelta del próximo domingo, con el fin de reducir la hegemonía de la derecha.
Esta primera ronda confirma el derrumbamiento del ultraderechista Frente Nacional (FN), en la estela del revés que sufrió su líder, Jean-Marie Le Pen, en las Presidenciales del pasado mayo, y el continuo descalabro de los comunistas. El Movimiento Demócrata (MD) del centrista François Bayrou quedó también marginado de la nueva cámara de diputados.
Cinco semanas después de la victoria de Sarkozy sobre la socialista Ségolene Royal en las elecciones presidenciales, la derecha se apuntó ayer un fuerte avance, apoyada en el «estado de gracia» del nuevo presidente y la dinámica propia de las Legislativas que siguen a las Presidenciales. Sin embargo, la abstención alcanzó un récord cercano al 40 por ciento.Según datos parciales, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados, que ya disponen de la mayoría absoluta desde 2002 en la actual Asamblea Nacional (cámara de los diputados), consiguieron ayer en torno al 47% de los votos. Ello se traducirá, según las proyecciones, entre 383 y 501 diputados en la Asamblea Nacional, cuyos 577 escaños se renuevan en estas Legislativas.