J.C. BARRENA-EFE
Con marchas campo a través, rápidos movimientos coordinados en columnas y un ambiente festivo propio de un carnaval, cerca de 10.000 manifestantes contra la cumbre del G8 consiguieron ayer llegar a la valla que protege el balneario de Heiligendamm y cortar numerosas carreteras.
Los manifestantes lograron cortar uno de los dos únicos accesos directos por carretera al balneario y bloquearon la autopista que conduce al aeropuerto de Rostock-Laage, justo cuando llegaban en cadena la mayoría de los jefes de Estado y Gobierno a la cumbre.
Aunque los estadistas no se vieron afectados por los cortes, ya que su traslado al balneario se produjo en helicóptero, si sufrieron los bloqueos la mayoría de los miembros de sus respectivos séquitos, que debieron viajar por carretera al hotel de la cumbre que comenzó anoche y finaliza mañana viernes.
La Policía sólo se vio obligada a hacer uso de cañones de agua, gases lacrimógenos y porras para obligar a retirarse a un reducido grupo de manifestantes violentos que trató de forzar la valla, refriega en la que resultaron heridos leves 8 agentes.
Axel Falkenberg, portavoz de la Policía, comentó que, salvo ese incidente, la protesta se desarrolló pacíficamente y aseguró que los agentes mantuvieron permanentemente la situación bajo control en lo que se considera el mayor despliegue de seguridad en la historia de este país.