VIVIANA GARCÍA-LONDRES
El Reino Unido pedirá la extradición del ex espía ruso Andréi Lugovói para acusarle del asesinato del antiguo agente Alexander Litvinenko, fallecido en Londres en el 2006 por una dosis de polonio 210, y espera la «colaboración» de Moscú.
Después de una intensa investigación sobre un caso que recuerda los tiempos de la «guerra fría», la Fiscalía de la Corona británica (CPS, siglas en inglés) anunció ayer que hay pruebas suficientes para acusar al empresario ruso Lugovói por la muerte de Litvinenko, crítico contumaz del presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Tras analizar el expediente entregado por Scotland Yard, el director de procesamientos públicos de la Fiscalía, Ken Macdonald, señaló que pedirá el arresto de Lugovói por un asesinato que calificó de «grave y extraordinario». La ministra de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett, informó de que ha dicho al embajador ruso en Londres, Yuri Fedotov, que espera la «plena cooperación» de Rusia para que Lugovói pueda ser procesado en el Reino Unido.
Un portavoz de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, considera que se trata de un caso «grave», pero no quiso hacer comentario alguno sobre cuál será la respuesta de Londres si Moscú se niega a entregar a Lugovói.
«Dejadnos tratar primero con el proceso legal. Dejad que el proceso legal siga su curso», añadió la fuente oficial.En otro capítulo de esta saga más propia de los libros de ficción que de la realidad, Ken Mcdonald dijo que hay pruebas para acusar al ex espía y actual empresario de «envenenamiento deliberado». «También he concluido que procesar (a Lugovói) por este caso es claramente de interés público», añadió.