EFE-WASHINGTON
El paquistaní Khalid Sheikh Mohammed, uno de los líderes de la organización Al Qaeda, ha confesado que organizó los atentados del 11 de septiembre de 2001 que causaron la muerte de alrededor de 3.000 personas en Estados Unidos. Según la transcripción de una audiencia en Guantánamo a la que fue llevado Mohammed, éste admitió su responsabilidad en el 11-S y otra veintena de atentados, aunque la vista militar en Guantánamo se realizó sin garantías procesales.
«Yo fui responsable de la Operación 11-S, de punta a cabo, de la A a la Z», señaló Mohammed a través de un representante, un militar estadounidense, según la transcripción de la audiencia divulgada por el Departamento de Defensa de EEUU. «Fui el director de operaciones para el jeque (Osama) Bin Laden (líder de la red terrorista Al Qaeda) en lo que se refiere a la organización, planificación, seguimiento y ejecución de la operación 11-S», aseveró. La audiencia tuvo como objetivo establecer si Mohammed puede ser considerado «combatiente enemigo», una definición del gobierno de Estados Unidos para los terroristas extranjeros.
Khalid Sheikh Mohammed ha confesado que organizó más de una veintena de atentados y que él mismo decapitó al periodista Daniel Pearl. «Con mi bendita mano derecha le corté la cabeza al judío estadounidense Daniel Pearl en la ciudad de Karachi, Pakistán», admitió Mohammed, en una audiencia celebrada en la base estadounidense de Guantánamo, donde permanece detenido. Aunque su comparecencia ha sido totalmente secreta, -cerrada a la prensa y sin abogados defensores-, el Pentágono ha difundido una transcripción de sus declaraciones en la que el detenido se atribuye un papel protagonista en más de una veintena de tramas terroristas.Muchas de esas tramas, entre las que se incluyen algunas dirigidas contra varios ex presidentes de EEUU, no llegaron nunca a concretarse o fueron abortadas por fuerzas antiterroristas. En el caso del periodista estadounidense, Mohammed precisó que «para quienes quieran confirmarlo, hay fotos mías en internet sujetando su cabeza». Daniel Pearl, que trabajaba en el «Wall Street Journal», estaba investigando la relación entre radicales islámicos paquistaníes con Al Qaeda en enero de 2002, cuando fue secuestrado y luego degollado por sus captores.