OTR/PRESS-BAGDAD/MADRID
Un camión cargado de explosivos ha provocado en la capital de Irak la matanza más grave que se ha registrado en Bagdad desde el comienzo del 2007. La deflagración, perpetrada por un suicida, se registró en un mercado de alimentos de la ciudad muy frecuentado por la comunidad chií. Los primeros balances de las autoridades iraquíes hablaban de al menos 130 muertos y más de 300 heridos como consecuencia del atentado, mientras el principal clérigo chií del país, el ayatolá Ali Sistani, hacía su primera declaración pública en meses para llamar al fin de la violencia sectaria.
El suicida conducía un camión repleto de comida, según informaciones de Al Yazira. Cuando se encontraba en medio del mercado de Sadriyah, detonó los explosivos causando un auténtico caos en la zona y destruyendo todas las tiendas y puestos de venta que se levantaban en la plaza.
Según las fuentes policiales, los hospitales cercanos al mercado rebosaban literalmente de víctimas de la explosión.La deflagración se produjo a primera hora de la tarde en la capital, cuando el mercado de Sadriyah registraba sus momentos de máxima afluencia con gente que acudía para hacer acopio de alimentos para el fin de semana. «Fue una escena terrible. Muchas tiendas y casas resultaron completamente destruidas», relató un residente de la zona a la cadena árabe que salió de su vivienda para ayudar en las tareas de desescombro y rescate de víctimas.
La explosión del camión bomba, que provocó, según fuentes oficiales, cerca de 130 muertos y más de 300 heridos, se enmarca en una campaña sangrienta de la insurgencia suní, que en los últimos tiempos selecciona objetivos civiles, especialmente puntos comerciales, en los que causar el mayor número de víctimas entre la comunidad chií.
Mientras, en otros puntos de Irak, la violencia se cobraba más víctimas. En Kirkuk, al norte del país, una sucesión de cuatro coches bomba, uno de ellos detonado por un conductor suicida, acababa con la vida de otros cuatro civiles y hería a más de 30 personas. Dos de los atentados se produjeron en las oficinas de los partidos kurdos.