EFE-WASHINGTON
Robert Gates, el candidato a sustituir a Donald Rumsfeld al frente del Pentágono, admitió ayer ante el Senado que EEUU no está ganando la guerra de Irak y dijo estar dispuesto a considerar nuevas ideas para reconducir el conflicto.
«Desde mi punto de vista, todas las opciones están sobre la mesa en términos de cómo podemos afrontar el problema en Irak», dijo Gates en la primera audiencia para su confirmación como secretario de Defensa en el Comité de Fuerzas Armadas del Senado.
«Lo que estamos haciendo ahora, no es satisfactorio», admitió Gates.
La intervención ante el Senado -que debe ratificar o rechazar su nombramiento- del próximo secretario de Defensa de EEUU, Robert M. Gates, sobre la situación de Irak ha puesto a los medios del país patas arriba.
A la espera del informe del Grupo de Estudios sobre Irak, que previsiblemente recomendará una retirada gradual del país, Gates corrigió al presidente George Bush y consideró que Estados Unidos no está ganando en Irak.
En línea con ese tablero en el que se barajan todas las cartas que expuso al principio de su intervención ante el Comite de Servicios Armados del Senado estadounidense, Gates aseguró estar «abierto a una amplia gama de ideas o propuestas».En todo caso, el próximo secretario de Defensa se comprometió a consultar «urgentemente» con la cúpula militar norteamericana, los oficiales sobre el terreno y los miembros del Congreso.
Una de las principales novedades de la intervención de Gates es que es el primer miembro de la Administración Bush que admite la existencia de una guerra civil en el país mesopotámico, aunque bajo el término «conflagración regional».