AGENCIAS-BEIRUT
Cientos de miles de libaneses dieron ayer su último adiós al ministro de Industria y dirigente antisirio Pierre Gemayel, cuyo padre, el ex presidente Amin Gemayel, consideró el multitudinario funeral como el punto de partida de la «segunda Intifada» libanesa que, dijo, acabará con el cambio de presidente en el país, el pro-sirio Emile Lahoud.
Mientras, las fuerzas prosirias, encabezadas por Hezbolá, que ha negado su implicación en el asesinato, optaron ayer por mantenerse al margen y no caldear más el ambiente.
Amin Gemayel dedicó un sentido discurso a la multitud reunida en las calle de Beirut y abandonó su retórica tranquilizadora, que empleó el día del asesinato de su hijo, para hacer un llamamiento a la calma, para asegurar que «igual que el el ex presidente asesinado Bashir Gemayel vive entre nosotros, todos los mártires de esta intifada de independencia están viviendo desde ahora también entre nosotros».
«La muerte del primer ministro Rafik Hariri es lo que provocó esta intifada y hoy la segunda intifada ha sido lanzada», dijo Gemayel según el diario hebreo 'Yediot Ahronot'.