AGENCIAS-WASHINGTON
Washington rompió ayer el silencio oficial y criticó tres días después la delegación provisional del poder por el presidente cubano Fidel Castro a su hermano Raúl, al tiempo que reiteró su llamamiento a los habitantes de la isla a no tratar de cruzar el estrecho de Florida.
«El hecho de imponer a Raúl Castro niega al pueblo cubano su derecho a elegir libremente a sus autoridades«, afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, en una declaración escrita difundida después de su rueda de prensa diaria, y en la que mantuvo la cautela de los últimos tres días.
Tras el anuncio el lunes de que Castro dejaba el poder provisionalmente, EEUU mantuvo una posición prudente y se limitó a ofrecer su ayuda en caso de que los cubanos iniciaran una transición democrática.
La Administración de Washington «está lista para ayudar a Cuba en una transición democrática y asimismo preparado para entregar rápidamente ayuda humanitaria sustancial en apoyo a una verdadera tratsición», afirmó ayer solemnemente McCormack, quien aseguró que los habitantes de la isla no tenían «mayor amigo» que Estados Unidos.
Los cubanos «pueden contar con nuestro apoyo en el proceso de transformación hacia un futuro democrático«, aseguró el portavoz del Departamento de Estado, aunque llamó inmediatamente a los habitantes de la isla a no cruzar los cerca de 150 km que los separan de la costa de Florida.«Alentamos a los cubanos a hacer avanzar dicha causa, quedándose en Cuba y obrando por un cambio positivo«, agregó McCormack, poniendo de relieve el temor en Washington de que un periodo de inestabilidad o una crisis política genere un éxodo masivo similar a la crisis de los balseros en 1994.
La Casa Blanca también pidió a los exiliados en Miami no tratar de cruzar el estrecho en la dirección contraria para no crear agitación en el país caribeño.