EFE-BAGDAD
La tercera matanza en tres días en Irak tuvo como escenario la ciudad de Kufa, feudo del líder radical chií Muqtada al Sadr, y se perpetró a sólo doscientos metros de una de las mezquitas más veneradas del chiísmo. La explosión de un coche bomba conducido por un suicida ha dejado 57 víctimas mortales y 92 heridos. El suicida congregó primero a un grupo de obreros en torno a su camioneta para ofrecerles trabajo antes de activar su carga explosiva. El estallido se registró a unos 200 metros de la mezquita de Muslim Ibn Akil, una de las más antiguas de Kufa, construida en la época de Ali Bin Abi Taleb, el cuarto califa del Islam y que utilizó esta mezquita como sede de su califato.
La primera matanza de estos tres días se registró el domingo, al explotar un vehículo bomba cerca de una cafetería próxima a una mezquita en la localidad de Tuz Jormatu, a 170 kilómetros al noreste de Bagdad. Al menos 29 personas murieron y otras 27 resultaron heridas.
Con estos tres atentados sangrientos, la violencia sectaria vuelve al país pese al plan de seguridad lanzado el mes pasado y la iniciativa de reconciliación nacional presentada al Parlamento por el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki. El plan de Al Maliki tenía como objetivos incluir a los grupos de insurgentes árabes suníes en el proceso político y poner fin a la violencia en Irak, pero hasta el momento no se han visto resultados sobre el terreno.