EFE-JERUSALEM
El número de muertos supera ya los 175 y el de heridos los 300 tras seis días de bombardeos ininterrumpidos en Líbano mientras la comunidad internacional ha comenzado las gestiones para evacuar a sus nacionales y tratar de mediar en el conflicto.
Desde el pasado miércoles los ataques del Ejército israelí contra su vecino del norte de suceden, tras la captura de dos soldados hebreos por el grupo chií Hizbulá en una emboscada. Mientras, los cohetes lanzados por la milicia chií libanesa Hizbulá desde el sur del país se han cobrado más de una veintena de vidas en Israel. Las víctimas más recientes de fueron doce civiles libaneses que trataban de huir en su vehículo de la localidad costera de Romeila, al sur de Beirut, y murieron por la explosión de un misil aire-tierra israelí.
Por otra parte, miembros de los equipos de defensa civil rescataron los cadáveres de diez personas que se encontraban bajo los escombros de un edificio destruido ayer domingo durante los bombardeos en la localidad de Tiro (sur).
En esta jornada, en la que no cesan los bombardeos y los ataques al puerto y, nuevamente, al aeropuerto de Beirut, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, respaldó la idea de enviar una «fuerza de estabilización» al sur del Líbano dentro de un plan de acción internacional cuando las partes suspendan las hostilidades.
El Grupo de los Ocho (G-8) también insistió en que la ONU debe tener un papel central en la solución de la actual crisis en Oriente Medio, e incidió en su último día de reunión en San Petersburgo en que «la prioridad más urgente es el cese de la violencia».
En la misma línea, la Unión Europea (UE) pidió el «cese inmediato de las hostilidades» en Oriente Medio y la liberación de los soldados, al tiempo que apeló a Israel a mostrar contención y no recurrir a acciones «desproporcionadas».España quiso hacer su aportación para mediar en el conflicto y presentó un documento en el que propuso el cese «inmediato» de la violencia, la creación de un mecanismo de seguimiento del alto el fuego y una presencia internacional de carácter temporal en la frontera israelo-libanesa. En la propuesta, Moratinos pide el envío de una misión diplomática de la UE de alto nivel a la región, que incluya Teherán y Damasco, y una evaluación de las iniciativas e instrumentos de paz existentes, como la «Hoja de Ruta».