EFE-BEIRUT/JERUSALÉN
La captura ayer de dos soldados israelíes, y la muerte de otros siete, por parte del grupo chií libanés Hezbolá fue considerado una «declaración de guerra» por Israel, que prepara una gran ofensiva sobre el Líbano, a cuyo Gobierno responsabiliza de esa acción.
Hezbolá es una influyente formación libanesa radical chií, que cuenta con un brazo político y otro armado, y uno de cuyos miembros ocupa en el Gobierno libanés la cartera de Recursos Hidroeléctricos.
La captura de los soldados fue considerado por el grupo chií como una opción para negociar la liberación de presos «libaneses, árabes y musulmanes en Israel», y en concreto para «llamar la atención sobre el sufrimiento de los 10.000 presos palestinos en Israel y sus familias», según su secretario general, Hasan Nasralá.
Así hizo referencia el líder de Hezbolá a las causas de la captura por parte el grupo islámico palestino Hamás de otro soldado hebreo el pasado 25 de junio, causa también de otra ofensiva militar de Israel sobre Gaza que ya ha causado casi un centenar de víctimas, más de una veintena sólo en la jornada del martes.
El portavoz en el Líbano del movimiento islámico palestino Hamás, Osama Hamdan, insistió en Beirut en señalar que la captura de los dos soldados refuerza la idea de un canje de prisioneros con Israel.Para solucionar el apresamiento en el Líbano de los dos soldados, cuya situación se desconoce, Hezbolá emplazó a Israel a entablar una «negociación indirecta».
Sin embargo, el Ejército israelí anunció que se prepara para lanzar una operación masiva «en las profundidades del territorio libanés», según el comandante en jefe de la Comandancia Norte, el general Udi Adam.
Israel consideró al Gobierno del Líbano «responsable de la agresión sin provocación previa» del ataque perpetrado contra una patrulla israelí en la zona fronteriza, y de dar amparo a organizaciones terroristas como Hezbulá.
En ese sentido, el embajador israelí ante la ONU, Dan Guillerman, anunció que ha enviado una carta de protesta al secretario general, Kofi Annan, en la que tilda las acciones de Hezbolá como una «declaración de guerra», y pide al Consejo de Seguridad que actúe al respecto.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se mostró por su parte en Roma «muy preocupado» por los últimos acontecimientos ocurridos en Oriente Medio, condenó «sin reservas» los ataques en el Líbano y pidió la liberación «inmediata» de los soldados israelíes capturados por Hezbolá.
En los últimos treinta años Israel ha lanzado varias ofensivas militares en el Líbano con el argumento de que son necesarias para contrarrestar los hostigamientos contra el territorio israelí que eventualmente parten de la zona meridional libanesa. Entre ellas, se recuerda especialmente la emprendida en junio de 1982, llamada Operación «Paz para Galilea», en la que las tropas israelíes llegaron hasta Beirut, expulsaron a las milicias y desmantelaron las bases de la OLP, que comandaba Yaser Arafat.