AGENCIAS-JERUSALÉN
Un helicóptero israelí disparó ayer un misil contra la oficina vacía del primer ministro palestino, Ismail Haniye, en una aparente señal de que el líder de Hamás podría ser atacado a menos que los combatientes entreguen a un soldado judío secuestrado hace una semana.
El bombardeo aéreo fue parte de una ofensiva militar en la franja de Gaza que ha sido acompañada de declaraciones de líderes israelíes que aseguran que nadie en el gobierno liderado por Hamás debe creerse inmune ante los ataques. «Atacaremos a cualquiera que dañe a los ciudadanos de Israel. Nadie se quedará sin castigo», dijo ayer el primer ministro israelí Ehud Olmert a su Gabinete en declaraciones televisadas, sin mencionar a Haniye.
Ismail Haniyeh no estaba en la oficina en el momento del ataque. Pero llegó rápidamente a evaluar los daños y encontró los muebles y las ventanas destrozados. «Esta es la política de la selva y de la arrogancia», dijo el primer ministro palestino a los periodistas, para añadir que «nada afectará nuestro espíritu ni a nuestra resolución».
Por su parte el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abas, acompañó a Haniye en su visita a los restos de la oficina bombardeada y declaró que «el mundo debe entender que este es un verdadero acto criminal».Un asesor del presidente palestino dijo ayer que los esfuerzos diplomáticos liderados por Egipto para lograr la liberación del soldado hebreo continuaban, «pero hasta ahora no han producido resultados y están a punto de estancarse». Por su parte un portavoz de la militancia radical palestina señaló que Shalit, de 19 años, estaba vivo y en condición física estable tras recibir tratamiento médico por las heridas del choque armado al término del cual fue capturado.
Preparando el terreno para una acción militar más dura, Olmert ordenó a las fuerzas armadas israelíes «asegurarse que nadie duerma de noche en Gaza», dijo el ministro de Interior israelí Roni Bar-On a Radio Israel.