EFE-ROMA
Los italianos acudieron ayer a las urnas por tercera vez en lo que va de año, en esta ocasión para votar en el referéndum que decidirá sobre una amplia reforma de corte federalista de su Constitución.
Más de 47 millones de italianos están llamados a pronunciarse -en la jornada de ayer lo hizo un 23% del censo- sobre esta reforma, defendida por el bloque conservador de Silvio Berlusconi y a la que se opone el actual Gobierno de Romano Prodi. Lo que se vota es el mayor cambio constitucional desde la entrada en vigor de la Carta Magna de 1948, pero, aún así, la campaña para el referéndum ha pasado relativamente desapercibida entre los ciudadanos, que prácticamente viven en campaña política desde las elecciones generales del 9 y 10 del mes de abril.
Si la reforma de la Constitución se aprueba, entrará en vigor de forma inmediata el traspaso de poderes a las regiones, que podrán legislar de forma autónoma en materia de sanidad, educación y policía local.
También se reducirá la edad mínima requerida para ser presidente de la República, que pasará de 50 a 40 años.
Pero, aunque gane el «sí», la mayor parte de los cambios no entrarán en vigor hasta el inicio de la próxima legislatura, en 2011: entonces, el primer ministro tendría potestad para nombrar y revocar ministros (ahora necesita el visto bueno del presidente de la República) y para disolver las Cámaras.