EFE-JERUSALÉN
Al menos un militante de Hezbolá (milicia chií libanesa) murió en enfrentamientos en las Granjas de Cheba (sureste del Líbano), un sector ocupado por Israel y que Líbano reclama como propio. Estos combates estallaron después de que el ejército de Israel lanzara un ataque contra posiciones del grupo chií radical libanés Hezbolá, horas después de que la aviación israelí bombardeara bases de milicianos palestinos en el este de Líbano y en las cercanías de Beirut. La escalada de violencia es la más grave desde la retirada israelí del sur del Líbano en mayo de 2000, a juicio del mando militar.
La artillería y la aviación israelíes también bombardearon distintas zonas en las provincias de Jiam, Maryeyum y Tiro, en el sur del país y dejaron al menos dos civiles heridos, entre ellos una niña de 10 años.
En un comunicado emitido, el grupo chií radical Hezbolá declaró que había bombardeado «el cuartel general israelí de la región de la Alta Galilea», condenó las violaciones israelíes a la soberanía de Líbano y pidió al Gobierno y a «las fuerzas que solicitan el desarme de Hezbolá» que tomen una posición clara sobre lo sucedido. Por su parte, el Ejército israelí cesó los bombardeos por tierra y aire contra el sur del Líbano a instancias del gobierno de Beirut, que tramitó una petición en este sentido a través de las Naciones Unidas.
Fuentes militares hebreas informaron de que el Gobierno libanés pidió a Israel que cese el fuego de artillería tras una solicitud gestionada por oficiales de la fuerza de interposición de la ONU en el sur del Líbano (FINUL, por sus siglas en inglés).
Cazabombarderos israelíes dispararon, en varias pasadas una decena de misiles sobre bases del FPLP-CG en la zona de Sultán Yacub, a unos 5 kilómetros de la frontera con Siria. Este bombardeo israelí se produjo después de que dos soldados israelíes resultaran heridos horas antes por el disparo de cohetes Katyusha desde el sur de Líbano.