EFE-ROMA
Los italianos vuelven hoy a las urnas, ahora para elegir a sus alcaldes, apenas dos meses después de los comicios generales que alejaron del Gobierno al líder de la coalición de centroderecha, Silvio Berlusconi.
Por ese motivo, algunos medios de comunicación han visto estas elecciones como una segunda oportunidad para el magnate de la televisión, quien, pese a haber dejado la presidencia del Ejecutivo, sigue sin reconocer su derrota, que en el caso del Congreso fue por menos de 25.000 votos.
El propio Berlusconi ha fomentado esa idea de revancha y ayer en un mitin de cierre de campaña proclamaba que las elecciones tienen una «de relevancia nacional».
El ex primer ministro se ha empleado a fondo en la campaña y no ha parado de asegurar que él es el vencedor de las anteriores, amén de amenazar con una oposición «dura y sin miedo».
También ha mostrado sondeos encargados por él que indicarían que desde el pasado 9 y 10 de abril, fecha de las elecciones generales, ha superado ya al centroizquierda.El intento de hacer ciertas esas encuestas le han llevado a hacer llamamientos que rozan la desesperación: «Id y hablad con vuestros desaparecidos maridos, vuestra ex mujeres, vuestros antiguos amantes y viejas novias y estad seguros de que van a votar», dijo en un mitin en Turín.
Para estimular a su electorado, «il cavaliere», como se le conoce en Italia, ha vuelto a emplear el mismo «mantra» que usó en la campaña para las elecciones generales: el miedo a la presencia de la izquierda en las instituciones.
Desde que Berlusconi perdió el poder, un ex comunista, Giorgio Napolitano, y un comunista, Fausto Bertinotti, han accedido a dos de las máximas instituciones del Estado.
Napolitano fue elegido como presidente de Italia y Bertinotti como presidente de la Cámara de los Diputados.