EUROPA PRESS-BAGDAD
El primer ministro británico, Tony Blair, realizó una visita por sorpresa a Bagdad durante la que se entrevistó con su homólogo iraquí, Nuri al Maliki, para expresarle su apoyo tras la toma de posesión de su Gobierno. Blair hizo hincapié en que, con un Gobierno legítimo en el poder, no existe excusa para los terroristas. En cuanto a la presencia de las tropas extranjeras, dijo que estas se irán cuando haya paz en el país pero rechazó dar un calendario para la salida de los alrededor de 8.000 militares británicos. «Estos han sido tres años de lucha y queremos ver lo que quieren ver ustedes que es que los iraquíes tomen el mando de su propio destino y de su futuro», dijo en rueda de prensa al término de su encuentro con Al Maliki.
Blair es el primer dirigente extranjero que viaja a Bagdad desde que el gobierno de unidad nacional asumió su cargo el sábado. La visita tiene como objetivo transmitir el apoyo, no sólo británico sino de toda la comunidad internacional al Gobierno iraquí y coincide con la grave crisis de seguridad que atraviesa el país.
Tras un fin de semana sacudido por la violencia, con al menos 30 muertos el sábado y más de una decena el domingo, al menos 17 personas murieron ayer en distintos ataques. Ante esta oleada de violencia, Blair dijo que los terroristas sólo quieren que el Gobierno elegido democráticamente fracase y recordó que «por primera vez hay un gobierno de unidad nacional que está en su puesto para cuatro años y que ha sido elegido por los votos de millones de ciudadanos iraquíes».
No obstante, añadió que «si a la gente le preocupa la presencia de las fuerzas multinacionales (éstas) estarán aquí hasta que esté asegurada la paz», manifestó. Así, insistió en que «el calendario de retirada de las tropas está sujeto a la situación sobre el terreno». «A medida que las fuerzas iraquíes se vayan forjando, nosotros podremos irnos, pero lo importante es la seguridad sobre el terreno».