EFE-KATMANDÚ
Al menos tres personas resultaron muertas ayer y una cincuentena heridas en Nepal cuando la policía disparó contra quienes violaban el toque de queda impuesto en el valle de Katmandú. Según fuentes de la alianza de los siete partidos de la oposición al rey nepalí Gyanendra, tres personas fallecieron por disparos de la policía contra una marcha que salía del área de Kalanki, situado en la vía circular de 27 kilómetros que rodea la capital dentro de la cual rige el toque de queda.
El Gobierno impuso restricciones durante 18 horas, que concluyeron ayer, para impedir las movilizaciones de protesta, cuya intensidad se ha incrementado en los últimos días.
Otras dos personas podrían haber muerto en el incidente de Kalanki y una más en el área de Gwarko, situado al este de la capital, según informes opositores todavía no confirmados.
Según dijo Kashinath Adhikari, del Partido Comunista de Nepal-Unificado Marxista Leninista (CPN-UML), «el fuego comenzó sobre las 13.30 hora local (7.45 GMT) y todavía continúa».
Los heridos han sido trasladados a hospitales locales, después de haber tenido que recibir la atención medica de emergencia en farmacias cercanas por la ausencia de ambulancias debido al toque de queda.Según la radio estatal, «la Policía salió fuera de la vía circular, donde no se extiende el toque de queda, y disparó contra los manifestantes». Adhikari afirmó que numerosas personas se manifestaron ayer a favor de la democracia y contra el régimen autárquico del rey Gyanendra, que detenta el poder absoluto desde hace catorce meses. Al menos catorce manifestantes han muerto en los 16 días de protestas y huelga general, al ser tiroteados o apaleados por las fuerzas de seguridad, según fuentes opositoras.
La oposición lanzó la actual ola de movilizaciones el pasado día 6 para pedir al rey Gyanendra que abandone el poder absoluto, restaure el Parlamento y convoque elecciones constituyentes para decidir el futuro de este pequeño Reino himaláyico.
En algunas partes de la ciudad, la gente subió ayer a los tejados de sus casas, desde donde gritaron eslóganes contra el monarca, tras ser convocados por mensajes de móvil, pues las comunicaciones telefónicas no han sido cortadas en esta ocasión.